Hundidos cada vez más en nuestras propias aguas tan sólo nos queda ya no olvidar que siempre se puede renacer. Las crisis son oportunidades que se nos dan para purificar, cambiar y resolver las cosas que no hicimos bien. El sistema debe morir según lo hemos planteado, pues nos lleva a la deriva y, sin darnos cuenta, nos hemos hecho dependientes de él. Tras días de descanso puede ser más factible descubrir actuaciones nuevas que saquen a flote a los peor parados, posturas que miren por aquellos que se encuentran en peores situaciones. Necesitamos renacer como país, como sociedad que cree en sus posibilidades porque realmente las tiene. Es absurdo engañarnos entre nosotros, pues estamos dentro del mismo barco. Sólo se trata de elegir, de optar por aquello que merezca la pena salvar: el sistema o al ser humano. Nosotros creamos el mundo en que vivimos, ¿no es absurdo que ahora nos hayamos convertido en sus esclavos? Salir de nuevo a la superficie debe de ser nuestro reto para luego pedirles cuentas a los que nos timaron, engañaron y se aprovecharon, tomaron más de lo que debían, llegando a vender hasta a sus propios hermanos.

Jose Chamorro

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