Hay personas que se convierten en figuras reconocidas por haber sido capaces de hacer grandes obras. Personas a las que tendremos que estar siempre agradecidas para no olvidar que muchas de las conquistas de las que disfrutamos tuvieron que ver directamente con ellas. El agradecimiento nos desnuda en la medida en que nos hace salir de nuestra suficiencia y nos permite valorar lo mejor que otros lograron para beneficio de muchos. Las grandes hazañas siempre tienen que ver con una mayoría y no con una individualidad que comienza y finaliza en un solo sujeto. Lo que sucede es que muchas veces no logramos agradecer estos gestos a tiempo y esperamos al último momento. Somos incapaces de reconocerlos hasta que la muerte arrebata la vida de aquellos que lo merecen. Luego es demasiado tarde y ya no hay oportunidad de ser agradecidos desde el corazón, de tú a tú, desde esa proximidad tan necesaria. En multitud de ocasiones nos descompasamos del ritmo natural que deberían tener las cosas, ya que el agradecimiento no es más que la cualidad por la que el ser humano es capaz de expresar y otorgar al otro el honor y la dignidad que se merece.

Jose Chamorro

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